Los accidentes de tráfico y otros sucesos traumáticos son la principal causa de hemorragias internas y lesiones en los tejidos blandos. Ambas pueden ser graves y requerir atención médica inmediata.
¿Qué es una hemorragia interna?
Las hemorragias internas son sangrados que se producen en el interior del cuerpo. Suelen ser el resultado de un traumatismo en la región del abdomen, el tórax o la cabeza. Sin embargo, también pueden ser causadas por problemas menos evidentes, como daños en los órganos, gastritis o un trastorno hemorrágico. Las hemorragias internas pueden ser difíciles de diagnosticar, ya que no es fácil detectarlas.
Síntomas de una hemorragia interna
Las hemorragias internas son un síntoma de una lesión, enfermedad o afección subyacente. Las personas no sufren hemorragias internas sin motivo. Identificar los síntomas de una hemorragia interna ayudará a su médico a determinar qué es lo que sangra y por qué. Los síntomas de hemorragia interna pueden variar en función de la zona afectada.
- Pecho o abdomen: Dolor en el pecho, dificultad para respirar, dolor abdominal, mareos, hematomas alrededor del pecho o de la zona abdominal, náuseas, sangre en la orina, vómitos (con sangre), heces negras.
- Músculos o articulaciones: Inflamación de una articulación, disminución del rango de movimiento, dolor en una articulación, dolor en un músculo, inflamación de un músculo.
- En la cabeza o el cuello: Entumecimiento o debilidad en uno o ambos lados del cuerpo, hormigueo en manos y pies, dolor de cabeza repentino y doloroso, cambios en la visión o la audición, dificultad para masticar o tragar, pérdida de equilibrio o coordinación, dificultad para hablar, confusión, somnolencia, pérdida de conciencia.
Algunos signos más graves podrían ser síntomas de shock por hemorragia interna y podrían indicar que se trata de una condición que pone en peligro la vida. Esté atento por debilidad severa, desmayos, entumecimientos, presión arterial baja, dolor de cabeza severo, dolor agudo dentro del cuerpo, y vómitos o tos con sangre.
Cómo tratar las hemorragias internas
Si usted o alguien que conoce muestra cualquier signo de hemorragia interna, especialmente después de un evento traumático, busque atención médica inmediatamente. Aunque algunos casos pueden ser menos graves, sigue siendo vital buscar tratamiento lo antes posible.
Indíquele a su médico cualquier lesión reciente para ayudarle a diagnosticar el origen de la hemorragia interna. Un profesional médico debe realizar un examen físico para evaluar la gravedad de la hemorragia. Se determinará un plan de tratamiento que puede incluir un procedimiento quirúrgico para reparar las heridas internas.
¿Qué son las lesiones de tejidos blandos?
Una lesión de tejidos blandos implica un traumatismo en la piel, los tendones, los músculos o los ligamentos del cuerpo. No incluyen las roturas de huesos ni las fracturas, que se consideran lesiones de tejidos duros. La mayoría de las lesiones de órganos no se consideran lesiones de tejidos blandos.
Diversas actividades pueden provocar lesiones de tejidos blandos. Entre ellas se encuentran los accidentes deportivos, el sobresfuerzo, los accidentes de tráfico u otros acontecimientos traumáticos de gran impacto.
Existen varias clasificaciones distintas de las lesiones de tejidos blandos. Entre ellas se encuentran:
- Torceduras: Lesión de los ligamentos que conectan los huesos. Puede ser causada por un desgarro parcial debido a una torsión o a un tirón excesivo del ligamento. Provoca dolor e hinchazón en la zona afectada.
- Moretones (contusiones): Lesión de los tejidos blandos, normalmente causada por un traumatismo por objeto contundente. Produce hinchazón, dolor y coloración de la piel.
- Desgarros: Afectan a un músculo o tendón. Son causados por el uso, estiramiento o fuerza excesivos.
- Bursitis: Se produce en la bursa, el saco lleno de líquido que actúa como cojín entre los huesos y los músculos, y suele ser causada por un uso excesivo del hombro, la rodilla, la cadera, el pie o el tobillo.
- Tendonitis: Lesión del tendón. Suele ocurrir en la mano, el codo, la muñeca, la rodilla, el tobillo, el pie o la cadera. A menudo es el resultado de la realización excesiva de movimientos repetitivos.
Cómo tratar las lesiones de los tejidos blandos
Las lesiones de los tejidos blandos suelen ser dolorosas y pueden limitar el rango de movimiento de una persona o su capacidad para realizar tareas cotidianas. Aunque algunas lesiones de los tejidos blandos pueden tratarse en casa, los daños más graves deben ser examinados por un profesional médico.
Un médico o quiropráctico podrá evaluar la gravedad de la lesión de los tejidos blandos y determinar el tratamiento necesario. Si la lesión se produjo a causa de un accidente de tráfico, puede buscar atención médica de un quiropráctico especializado en accidentes de tráfico.
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